Un perfil profesional se compone de formación, experiencia y habilidades. Estos factores forman las fortalezas y debilidades profesionales que harán único a cada candidato y lo diferenciarán de la multitud. Y, en una entrevista de trabajo, estas cualidades no se le deben escapar al reclutador.
Tabla de contenidos
Fortalezas y debilidades profesionales| 5 fortalezas en el trabajo
Son aquellas capacidades que posee una persona y que, por sus propias características, potencian su aptitud para realizar un tipo de trabajo concreto.
Es fácil adivinar que las fortalezas requeridas para un profesional de un ámbito específico no tienen por qué ser las mismas que las de otros.
Al ser cualidades que complementan un perfil, se pueden definir como parámetros de un software de reclutamiento para predecir si se adecuará mejor o peor a las exigencias de los distintos puestos.
Este sistema permite seleccionar al máximo los candidatos que llegarán a cada entrevista de trabajo, estableciendo criterios objetivos que los candidatos pueden conocer de antemano y que facilitan el trabajo de los reclutadores.
Todo ello dota al proceso de una mayor transparencia y evita que algunas aptitudes de los aspirantes queden por descubrir.
Vamos a explicar 5 ejemplos de fortalezas laborales:
Puntualidad
Desde siempre, esta ha sido una de las fortalezas más valoradas en el trabajo: un empleado puntual transmite seguridad y confianza a la empresa y a sus compañeros, por no mencionar el respeto que desprende hacia el tiempo de los demás.
No hablamos solo de «puntualidad en la entrada y la salida», sino también a la hora de responder mensajes o completar tareas; la disciplina es un valor al alza en este caso, y cuando la puntualidad se convierte en un hábito, la fiabilidad se desprende por sí sola.
Descubre por qué debes evitar este mal hábito en tu empresa.
Sinceridad
Un empleado sincero, que sea capaz de decir la verdad y no lo que cree que quiere oír el entrevistador, es sinónimo de transparencia, de limpieza en las comunicaciones y de un ambiente laboral sano. Una de las fortalezas en el trabajo con mayor consideración por parte de la empresa.
Si el reclutador identifica que el candidato no está siendo honesto, por muy cualificado que pueda estar para el puesto, podría ser conveniente replantearse su candidatura.
No conviene tachar a alguien de mentiroso porque haya omitido algún dato: todos sabemos que, en algunas ocasiones donde hay asuntos delicados en juego, es mejor «no decir toda la verdad» o maquillar ligeramente el discurso. Aun así, la honestidad es una de las cualidades profesionales más valoradas por las empresas.
Diferenciación
Aquí entra el juego el valor añadido: aquello que hace que el profesional destaque sobre los demás. No se trata solo de cumplir con los requisitos del puesto, sino de aportar un punto diferencial. A igualdad de condiciones, será preferible contar con personas que aporten «algo más», como un reflejo de lo que muchas empresas están obligadas a conseguir para destacar sobre su competencia.
Especialización
La combinación de formación académica, formación complementaria y experiencia profesional da como resultado un perfil con cierto grado de especialización.
Esta competencia será fundamental en puestos que requieran de unos conocimientos muy específicos sobre alguna materia en concreto, y también estará en manos de la organización formar a sus empleados para potenciar un grado de especialización ya existente.
Trabajo en equipo
Dado que la mayoría de los trabajos se realizan en sincronía con otros profesionales, es muy deseable que un empleado sea capaz de adaptarse a un equipo de trabajo, con todo lo que ello implica —comunicaciones, flujos, dinámicas, división de tareas—, sin que su rendimiento autónomo se vea resentido.
En definitiva, cualquier fortaleza profesional se puede captar con un sistema de reclutamiento que cuente con técnicas de cribado para seleccionar las habilidades que necesita el puesto con anterioridad.
Así, se evitará que aparezcan fortalezas y debilidades profesionales en la entrevista. Solo llegarán candidatos realmente preparados para las labores de la empresa.
Las organizaciones pueden usar diferentes métodos para medir y valorar el rendimiento de sus empleados y comprobar sus competencias y habilidades.
A su vez, hay pruebas de evaluación que estiman la proyección y el potencial de cada trabajador. ¿Cuánto talento tiene el trabajador y hasta dónde puede llegar? Hemos recopilado estos modelos en una guía que podrás conseguir en el siguiente formulario:
Fortalezas y debilidades profesionales| 5 debilidades
Por el contrario, esta serie de aptitudes personales actúan en detrimento de la capacidad de una persona para realizar un trabajo. Análogamente a las fortalezas, no todas son determinantes para excluir a un candidato en un proceso de selección.
Sin embargo, tanto si el candidato ha sido sincero o no a la hora de postularse para un puesto, RR. HH. se podrá valer de un software de evaluación del desempeño para analizar si cuenta con las fortalezas y debilidades profesionales que indicó en su CV y rinde con unos requisitos mínimos exigidos para el puesto.
Un recurso muy útil para medir el rendimiento cuando el candidato ya se ha convertido en empleado.
Idiomas
Son los grandes protagonistas de la «inflación de currículums»: que un candidato domine o no un idioma solo será determinante si el puesto de trabajo va a requerirlo. Si es necesario comprobarlo, será conveniente realizar una prueba de nivel.
Aun así, esta debilidad profesional puede corregirse con un plan de formación adecuado y un poco de tiempo. Muchas organizaciones organizan cursos de idiomas para sus empleados.
Las claves para mejorar la capacitación de tu plantilla.
Conocimientos técnicos
La ausencia de conocimientos técnicos requeridos para el puesto será determinante para descartar a los candidatos que no reúnan este requisito. A diferencia de los idiomas, no es tan sencillo para la empresa reforzar estos conocimientos en quienes carezcan de ellos; puesto que se obtienen gracias al bagaje profesional que cada candidato ha traído consigo.
No obstante, estas fortalezas y debilidades profesionales se pueden reforzar mediante cursos especializados y fáciles de gestionar por parte del propio empleado a través del software de formación. También existe la posibilidad de recurrir a la formación bonificada, muy rentable para la empresa.
Experiencia
Aunque la experiencia laboral sea difícil de alterar, hay candidatos que tienden a exagerar los roles que han desempeñado en puestos previos: muchas organizaciones, para evitar esta situación, piden referencias a las empresas donde ha trabajado previamente el candidato.
En realidad, un candidato que sobrevalore su trayectoria profesional para conseguir el puesto estará haciendo un flaco favor a la organización que le contrate, y también a sí mismo.
«Exceso de perfección»
Puede sonar extraño, pero si un candidato presenta un discurso extremadamente perfecto durante un proceso de selección, Recursos Humanos podrá inmediatamente dudar de su honestidad. Rara vez los candidatos que se postulan cumplen con todos los requisitos del puesto a la perfección.
Es comprensible que un candidato quiera mostrar la mejor de sus caras cuando quiere conseguir un puesto de trabajo; pero alterar u ocultar información relevante solo traerá problemas en el futuro.
Resistencia al cambio
El mundo laboral moderno está lleno de situaciones cambiantes, de giros improvisados en las disposiciones tácticas y estratégicas, de «planes B», de reestructuraciones internas… Un trabajador que no sea capaz de adaptarse a los cambios perderá su capacidad resolutiva; y verá cómo sus puntos fuertes se desvanecen ante los cambios de escenario o una situación de estrés.
Aunque algunos de estos ejemplos de fortalezas y debilidades laborales se pueden trabajar y potenciar o suprimirse, otras son innatas del carácter de cada persona.
En cualquier caso, las fortalezas y debilidades profesionales pueden salir a flote en una entrevista de trabajo, y será responsabilidad del equipo de selección utilizar esta información para refinar los requisitos del proceso.