Un canal ético facilita el cumplimiento del código normativo de una empresa. Es una herramienta de gran utilidad a nivel interno, con un sistema de comunicación para manifestar conductas ilícitas, lo que mejora la estabilidad de la organización.
Esta utilidad de RR. HH. sale reforzada por la directiva whistleblowing. No obstante, presenta algunas limitaciones que, precisamente, la nueva legislación trata de subsanar.
Es por esto que es importante no confundirlo con el canal de denuncias. Ambos tienen una finalidad casi idéntica, aunque su ámbito de actuación es distinto. Para evitar problemas, en esta entrada explicamos en qué se diferencian.
Tabla de contenidos
Qué es un canal ético
Un canal ético consiste en una serie de mecanismos, protocolos o herramientas destinados a comunicar las infracciones e irregularidades que se dan en la compañía. La información de los hechos es proporcionada por denunciantes, sean o no anónimos. Gracias a su labor, es posible saber qué está ocurriendo en el interior de la empresa y si se violan o no los valores que la constituyen.
Además, permite que la organización demuestre que no participó en actos cometidos por un solo infractor. Con la información recabada, dispone de pruebas suficientes como para argumentar su posición.
Para que el canal sea efectivo, es recomendable que garantice el anonimato del denunciante y la confidencialidad de la comunicación. De este modo, el trabajador no estará expuesto a represalias por parte de los infractores, ni temerá acudir a comentar lo que ha presenciado.
Cómo cumplir la ley con un sistema de denuncias
En qué se diferencia con un canal de denuncias
La principal diferencia que separa a un canal ético de uno de denuncias es su ámbito de aplicación. Mientras que ambos tienen el mismo fin, el primero se utiliza en el interior de las empresas. Es decir, las informaciones que recibe son las relacionadas con malas prácticas o infracciones de los códigos internos.
Se busca garantizar que la forma de actuar de los empleados es ética y fiel a sus responsabilidades. Un ejemplo sería el de un trabajador que no cumple con su cometido, que presenta un elevado absentismo laboral o difama a la empresa en sus horas de trabajo.
Sin embargo, un canal de denuncias tiene una dimensión pública y su funcionamiento es más complejo. Si bien recoge diversos asuntos, estos se relacionan con la comisión de delitos en la organización. Asimismo, no solo engloba a la plantilla, sino que pueden utilizarlo los proveedores, los clientes o cualquier agente involucrado; e, incluso, necesitar un organismo judicial.
Cómo incluirlo en tu empresa y cumplir la ley
A la hora de manejar ambos, la mejor solución es la que ofrece un software de Recursos Humanos. Este dispone de un módulo dedicado para la creación de un canal ético o denuncias.
Es posible personalizar una amplia variedad de características y facilita la gestión de las incidencias. Con su ayuda, se ofrece la máxima confidencialidad y seguridad para el denunciante.
La importancia de un canal ético y cómo se utilizaba en las grandes multinacionales
Disponer de un canal ético no es una cuestión de estética, sino que contribuye a prevenir conductas no deseadas en relación con los valores de la empresa. En un primer momento, estas no tienen por qué ir más allá de unas malas prácticas, pero cabe la posibilidad de que acaben en delitos. Una vez se alcanza este punto, la resolución de las consecuencias será más difícil.
Una línea ética empresarial contribuye a consolidar una reputación positiva, ya que se trabaja de manera activa por realizar una operativa ética. Se fomenta que el comportamiento de los empleados sea el adecuado, lo que evitará que caigan en conductas peligrosas, tanto a nivel individual como de grupo. De este modo, se fomentan espacios de trabajo con un buen clima laboral.
Junto con lo anterior, la imagen que se muestra al público es de confianza y responsabilidad. Debido al comportamiento ético de la empresa en su conjunto, se la ve como una organización honesta, una cualidad que servirá tanto para retener el talento como para atraerlo.
Incluso es posible colocar el canal en una estrategia para generar una ventaja competitiva. Aunque sea un activo intangible, la reputación cuenta a la hora de mostrarse al público y captar su atención. Si se actúa con transparencia y con la debida diligencia, se podrá establecer una diferencia clara respecto al resto de organizaciones del sector.
Las grandes empresas con canal ético
Hasta hace unos años, las empresas con canal ético o línea ética eran las grandes o las multinacionales. Su uso comenzó a extenderse con la popularización de los programas de compliance. Una de sus disposiciones era, precisamente, la de contar con un medio para la denuncia de irregularidades.
Ejemplos conocidos de empresas con línea ética: Grupo ACS, Prisa, Ferrovial S. A., Inditex.
Al actuar en territorios tan extensos y en otros países, era esencial generalizar unas pautas de comportamiento ético en toda la organización. Así, se complementaban acciones como un plan de formación, revisiones y otros mecanismos.
Gracias al uso de estos programas éticos, se minimizaban los posibles riesgos legales y de conducta, los cuales causarían daños a la reputación de la compañía si se llegaran a cumplir. Por suerte, en la actualidad se ha reforzado la importancia del canal ético y se le ha dado una dimensión pública, así como se ofrece una mayor protección al denunciante.
Cómo va a evolucionar la línea ética en las empresas gracias a la tecnología
El canal ético aún tiene una larga vida por delante, algo que es fruto de los avances tecnológicos. Estos simplifican su confección y lo hacen más fiable, sobre todo en cuanto a confidencialidad se refiere. Es posible facilitar su uso y evitar filtraciones no deseadas al almacenar las denuncias en soportes poco seguros.
Es en este aspecto, un software de Recursos Humanos brilla con luz propia. Proporciona a las empresas una forma segura y ágil de implementar sus propios canales éticos, pero sin que importe su tamaño. La línea ética empresarial se adapta a las necesidades y garantiza el anonimato de los denunciantes en todo momento, e incluye un registro – base de datos de todas las denuncias e infracciones.
Además, un software de canal de denuncias permite a las compañías con canal ético se actualicen y cumplan con las nuevas disposiciones legales. Tal es el caso de la Directiva Whistleblowing UE 2019/1937, cuya transposición al código legal español hará obligatorio a contar con un canal de denuncias, al menos entre las organizaciones que tengan 50 o más empleados.
Por tanto, es el momento de dar el paso y apostar por una tecnología 360º como un software de canal de denuncias para empresas que no solo ofrece potenciar los valores con un canal ético, sino que podemos mejorar otros aspectos de la gestión del personal y Recursos Humanos desde un único software.