Aprender a desaprender es la clave de la formación empresarial. A lo largo de nuestra vida hemos adquirido mucho conocimiento, pero casi nunca nos paramos a pensar si de verdad nos sirve o si se ha quedado obsoleto. Las empresas, al igual que las personas, necesitan hacerse un examen profundo que les ayude a averiguar cómo mejorar y cómo adaptarse a la evolución de las nuevas tecnologías.
¿En qué consiste el término desaprender? ¿Qué beneficios proporciona a las empresas?
Tabla de contenidos
Qué significa desaprender
“Siempre lo he hecho de esta manera”. Seguro que conoces esta frase porque la has pronunciado o porque lo ha hecho alguien en tu entorno laboral. Implica que esa forma de realizar la tarea ha funcionado y por lo tanto lo repites porque tienes confianza en ese proceso, pero ¿qué ocurriría si el contexto cambia?
Pues que es probable que ya no funcione y haya que ser capaz de reinventarse. De eso trata precisamente el concepto de desaprender, es decir, no consiste en olvidar lo que hemos aprendido en el pasado sino en no ser esclavo de ese aprendizaje porque a la larga puede suponer una limitación.
Nuestras conductas son el resultado de todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida por las experiencias acumuladas. Por eso cuando nos proponemos cambiar algún aspecto de nuestra existencia o de nuestra forma de hacer las cosas es imprescindible que estructuremos primero nuestra mente y que lo interioricemos sino no funcionará.
El hecho de cuestionar las creencias que nos han acompañado desde que tenemos uso de razón (y que hasta entonces nos han funcionado) y adquirir unas nuevas que se adapten a los cambios existentes es la demostración de que hemos aprendido a desaprender.
Beneficios de aprender a desaprender
El escritor Alvin Toffler se centró en estudiar los cambios que se producían en la sociedad y las reacciones que esto genera. Una de sus frases más célebres fue “los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”.
- Toda nuestra vida es un aprendizaje. De hecho, hay actitudes que tomamos por inercia y no nos preguntamos el porqué. Aprender a desaprender tiene 5 claras ventajas:
- Genera nuevas oportunidades de empleo porque la persona al ser capaz de adaptarse adquiere competencias que le diferencian del resto de candidatos.
- Denota una actitud crítica con los conocimientos alcanzados que ya se han quedado obsoletos, pero al mismo tiempo se le da relevancia a los que aún funcionan para continuar utilizándolos.
- Aumenta nuestras posibilidades de futuro en el área de Recursos Humanos porque nos permite adaptarnos a los nuevos modelos de gestión de talento. Ahora, con las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, se apuesta más por la conciliación laboral, flexibilidad de horarios, etcétera mientras que hace unos años el modelo era totalmente distinto.
- Crea nuevos retos y favorece la motivación porque incentiva la cultura del esfuerzo en la que nunca se deja de aprender y en la que es necesario salir de la zona de confort y ser valientes para afrontar los cambios como nuevas oportunidades.
- Promueve la necesidad de tener sed y hambre de conocimiento porque los métodos de selección de personal evolucionan y las relaciones entre jefes y empleados también cambian y requieren una adaptación.
Desaprender para innovar
Gran parte de las empresas centran el esfuerzo de sus planes estratégicos en el presente cuando, en realidad, la innovación tiene lugar a largo plazo, es decir, en el futuro. Internet fue un proyecto de futuro que ha permitido la creación de negocios innovadores y exitosos.
¿Cómo realizar buenos proyectos a largo plazo sin saber cómo evolucionará el mercado? Sencillo, imaginando proyectos ambiciosos y apostando por ponerlos en práctica con nuevas competencias que nos permitan diferenciarnos de lo que ya hacíamos y del resto de empresas.
La clave consiste en no reproducir los mejores procesos ya existentes sino en crear soluciones empresariales innovadoras. Como ante cualquier cambio surgirán dudas y detractores ante la idea de poner en práctica un cambio que pueda desafiar por completo la manera de trabajar que hasta entonces se había llevado a cabo. Es necesario arriesgarse, formarse y probar.
Una vez tomada la decisión lo complicado será transmitir todos esos cambios a los trabajadores y ponerlos en funcionamiento.
Es muy importante empatizar con los empleados por las dificultades que les supondrá salir de su zona de confort, motivar su esfuerzo, favorecer una comunicación bidireccional e identificar las actitudes que deben erradicarse para el correcto engranaje de la nueva estrategia innovadora.
Desaprender como clave de mejora en la empresa
¿Cómo podemos desaprender para que la empresa mejore su actividad? Eliminando los conocimientos que se han quedado anticuados y fomentando la formación continua en el propio puesto de trabajo. De esta manera los empleados aprenderán nuevas formas de trabajo que funcionan mejor y al ver los resultados se motivarán cada vez más.
La acumulación de conocimiento y su repetición lineal es un comportamiento empresarial obsoleto. El mercado laboral es cambiante por eso la manera de enfrentarnos a él tiene que ser flexible.
Cómo fomentar el desaprendizaje
Te preguntarás ¿cómo podemos desaprender? Toma nota:
- Identificando aquello que no funciona para “desaprender” esas acciones y focalizarse en las nuevas.
- Teniendo una actitud crítica para reconocer lo que se quedó obsoleto y movilizar al personal para que entienda que la estrategia tiene que cambiar.
- Analizando qué áreas debe mejorar la empresa y qué formación específica necesitan recibir los empleados.
- Implementando cambios concretos y realizando un seguimiento constante.
- Incentivando a que los trabajadores propongan formas de desaprender e ideas nuevas de aprendizaje.
Ejemplo de desaprender para aprender
Ahora que tenemos claro el concepto será más sencillo entenderlo de manera práctica con algunos ejemplos. Desaprender consiste en hacer un esfuerzo por cambiar la manera en que ejecutamos las cosas.
Uno de los casos más frecuentes los encontramos con la formación de los trabajadores. De hecho son muchos los empresarios que se resisten todavía a las que tienen lugar a través de internet o mediante nuevas tecnologías. Vencer esa resistencia y probar les permitirá no solo disfrutar de las ventajas propias de estas herramientas, sino que, si cuentan con el software adecuado, podrán incluso medir la eficacia de las formaciones.
Es justo lo que permite el software de gestión de formación (LMS) de Bizneo HR, que brinda la opción de gestionar diferentes tipos de contenidos y formatos, de medir el progreso de los empleados y la rentabilidad de esas formaciones que se están implementando.
En un nivel más básico comprobamos que en todas las etapas de nuestra vida necesitamos desaprender para aprender.
Por ejemplo, un niño cuando aprende a nadar requiere de elementos que le ayuden en este proceso como puede ser un flotador. Conforme avanza y mejora las necesidades irán cambiando y probablemente un tiempo más tarde solo necesite un churro.
Finalmente, cuando haya alcanzado el suficiente grado de maduración no necesitará ningún elemento externo para nadar. Algo similar ocurre en el ámbito laboral. Las circunstancias cambian, los procesos evolucionan y es necesario que los miembros de todos los departamentos sean flexibles y se adapten poniendo de su parte todos los medios posibles.