De manera convencional, estudio y trabajo suelen asociarse con dos etapas vitales claramente diferenciadas y acotadas en el tiempo. Cuando se completan los estudios, se está en disposición de asumir las responsabilidades laborales correspondientes. Sin embargo, en los últimos tiempos se impone la obligación de actualizar los conocimientos periódicamente. Es ahí donde surge la necesidad de seguir un itinerario formativo.
El itinerario formativo contempla diferentes acciones académicas para favorecer el desarrollo profesional de los trabajadores y atender las necesidades operativas de las empresas. La ida subyacente no es tanto conseguir que la plantilla disponga de amplios conocimientos generales sino que mejore ciertas habilidades para su puesto o adquiera algunas competencias específicas.
Tabla de contenidos
Qué es un itinerario formativo
El itinerario formativo es una estrategia a largo plazo que incluye una serie de propuestas y actividades académicas conducentes a la mejora de la capacitación del trabajador en una o varias áreas profesionales concretas. Se trata de un elemento central en cualquier plan de formación de una empresa.
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Dentro del itinerario formativo se especifican objetivos, contenidos y procedimientos, si bien muchas veces esta última cuestión se deja al criterio de los trabajadores, que pueden elegir entre diferentes opciones para completar su formación. En los últimos años, buena parte de los itinerarios formativos se apoyan en las posibilidades del e-learning y bajo la filosofía de la formación continua.
Para qué sirve un itinerario formativo
El itinerario formativo facilita una visión integral de las carreras profesionales al establecer las metas formativas que conviene ir alcanzando para progresar en la empresa. Ello tiene un doble interés para la compañía. Por un lado, aumenta la motivación y el compromiso de los trabajadores. Por otro, facilita el seguimiento y la evaluación del desempeño por parte de los responsables de los equipos.
Cuando los responsables de la gestión del talento, ya se trate del manager o de los profesionales de RR. HH. competentes, aprecian ciertas carencias formativas, pueden sugerir la creación de itinerarios formativos. Con todo, lo más habitual es que estos ya estén contemplados dentro de los planes generales de formación de las empresas.
Lo ideal es ayudarse de la tecnología para la creación y seguimiento de cada itinerario formativo. A su vez, estos sistemas detectan necesidades de formación con encuestas automatizadas y tomando los datos de desempeño como base del proyecto.
Con un software de gestión de la formación podrás analizar si el desempeño es el adecuado para cada puesto y si necesita reforzar competencias claves para la entidad. Además, permite gestionar cursos, asistencia, bonificaciones e impacto en cada trabajador.
Diferencias entre itinerario formativo e itinerario profesional
Técnicamente hablando, existen grandes similitudes entre los itinerarios formativos y profesionales pero cada uno de ellos pone el acento en una parcela de la actividad laboral. En el primer caso, se busca el pleno desarrollo de las capacidades del trabajador, a fin de que este pueda alcanzar su nivel óptimo de rendimiento laboral.
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El itinerario profesional parte de esta última premisa para establecer las metas laborales a las que un trabajador puede optar de acuerdo con sus conocimientos y destrezas. En consecuencia, podría establecerse que el itinerario formativo es necesario para definir el mejor itinerario profesional posible, en tanto que una mayor capacitación será sinónimo de una mayor empleabilidad.
La combinación entre ambos itinerarios resulta de gran utilidad para crear planes de carrera realistas a la par que estimulantes para los empleados. La concreción de ambos aspectos ayuda igualmente a ajustar las expectativas de los trabajadores a sus posibilidades reales de promoción, lo cual reduce la frustración y el estrés laboral.
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Cómo elaborar un itinerario formativo
Es posible que muchas empresas dispongan ya de planes de carrera o de formación para sus empleados pero no sepan cómo incluir un itinerario formativo dentro de estos programas. En realidad, más que seguir unos pasos concretos, conviene respetar una serie de pautas sobre cómo hacer un itinerario de trabajo y formación.
Fijar correctamente los objetivos
El itinerario formativo y profesional tiene una finalidad muy concreta que es la de capacitar al trabajador para ejercer una serie de funciones o responsabilidades. Consecuentemente, estos objetivos deben guiar todo el itinerario, adecuando los recursos formativos a las necesidades de la empresa.
Esta última función resulta mucho más sencilla de implementar gracias a las posibilidades de un software de formación. El sistema LMS facilita la fijación de metas formativas para que sea el propio empleado quien escoja las mejores opciones para alcanzarlas. Además, cuando el trabajador completa un curso, esta información resulta inmediatamente visible para los managers.
Utilizar indicadores de logro del itinerario formativo
Los indicadores de logro son una serie de ítems que permiten evaluar el grado de consecución de los objetivos formativos previstos. Su supervisión corresponde a los managers y líderes de equipo, que de ese modo disponen de criterios específicos para comprobar si los trabajadores están cubriendo sus carencias de manera satisfactoria.
Otra ventaja de los indicadores de logro es que aportan claridad y objetividad al proceso de evaluación. Los empleados saben qué es lo que la empresa espera de ellos al poner en marcha los planes de formación y también pueden confiar en que sus progresos no pasen desapercibidos a sus más inmediatos superiores.
Seleccionar las temáticas apropiadas
Como ya hemos visto, el itinerario formativo no puede ser una recopilación de cursos y recomendaciones formativas escogidas al azar. Ha de seguir una línea coherente y que entronque con las necesidades de la empresa. Así, resulta imprescindible escoger cuidadosamente las áreas temáticas en las que el trabajador debe profundizar más.
El software de formación cuenta con un amplio catálogo de opciones formativas que asegura que los trabajadores dispondrán de un curso a su medida, tanto por lo que respecta a los horarios como por la temática. En cualquier caso, la empresa puede realizar una preselección de opciones de acuerdo con sus preferencias formativas.
Establecer una duración razonable e incluir metas “volantes”
Los planes formativos no pueden prolongarse sine die. La duración de los cursos debe acotarse a efectos de planificar mejor el trabajo y para estimular al trabajador a implicarse en su propia formación. Gracias a las posibilidades del entorno de e-learning, esta necesidad es más fácil de cubrir.
Por otro lado, el seguimiento de los cursos será más sencillo tanto para los trabajadores como para la empresa si se establecen metas “volantes”, esto es, objetivos secundarios que deben superarse durante el proceso formativo. Estas metas son una concreción de los objetivos principales, de tal manera que pueden vincularse con los objetivos de logro previamente comentados.
Crear un buen Feedback
Tal y como sucede en cualquier procedimiento de evaluación del desempeño, no es suficiente con remitir una hoja de valoraciones al empleado. Para que las calificaciones sean verdaderamente útiles, deben ir acompañadas por un Feedback que ayude al trabajador a visualizar las áreas formativas en las que le conviene profundizar más.
En este sentido, el Feedback del itinerario formativo puede incluir aquellos aspectos en los que el empleado ha progresado de manera más significativa, a fin de reconocer su esfuerzo, así como proponer posibles vías para mejorar en las áreas más deficientes. En ambos casos, el trabajador se sentirá más valorado dentro de la empresa y estará más motivado para seguir formándose.
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Claves de un itinerario formativo y profesional
Los elementos anteriores ayudan a planificar un itinerario formativo y profesional efectivo y que responda a la situación de la empresa. De cara a la elección de las temáticas y las modalidades formativas, conviene observar una serie de claves que asegurarán el éxito del itinerario.
- Trabajo en equipo: es una de las cualidades profesionales más útiles para las empresas y de las que más se echan en falta cuando algún trabajador carece de ella. El trabajo en equipo puede potenciarse, incluso, con formación grupal específica.
- Acompañar la formación con nuevas responsabilidades: a medida que el trabajador va mejorando en las áreas formativas pertinentes, la empresa puede transferirle nuevas responsabilidades que pongan a prueba esos conocimientos.
- Plan de sucesión: los relevos en puestos de dirección pueden generar importantes trastornos operativos. El itinerario formativo puede ayudar a preparar las transiciones y promover la promoción interna.
- Autonomía: los trabajadores más ambiciosos no llevan nada bien el hecho de estar sistemáticamente tutelados por la dirección o los mánagers. Si los empleados se han esforzado para mejorar ciertas competencias profesionales, puede ser útil para su moral y productividad concederles una mayor autonomía.
- Formación imprescindible: más allá de las temáticas específicas que la empresa desee potenciar entre su plantilla, hay ciertos capítulos formativos que han de estar siempre presente en los planes e itinerarios. Hablamos de nuevas tecnologías e idiomas.